Le traía su cerveza favorita, las enchiladas de pollo que tanto le gustaban y un álbum con todas nuestras fotos ordenadas cronológicamente.
Sabía que disfrutaríamos juntos de este día de fiesta en México aunque él no estuviera fisicamente presente.
Me senté cerca de su lápida y la besé a modo de saludo. Desplegué un mantel viejo de tela y coloque todo para cuando el hambre o la sed aparecieran en nuestra charla privada, pero antes de que llegara ese momento debía preparar todo para que te sintieras lo más cómodo posible. Limpié de yerbajos todo el espacio que te acogía y que se había convertido en tu nuevo hogar. Decoré con flores tu parcela y puse música en mi móvil para que volvieras a escuchar la voz de Rocío Durcal cantándote tus rancheras favoritas.
Abrí el libro con las fotos protegidas por un fino plástico para no dejar que el paso del tiempo acelerara la desfiguración de nuestros retratos y recordé, al ver la primera imagen, cómo preparábamos juntos el agua de tamarindo para que luego fueras a venderla en la estación de autobuses de Sinaloa y consiguieras algunos pesos para mis antojos de niño.
Cuando pasé la página, me pareció verte y escucharte explicando nuevamente, como hacías con todo el mundo que se fijaba en aquella foto de nosotros dos, lo orgulloso que estabas de mí y de lo que me había costado terminar mis estudios. Nunca lo hubiera conseguido si no hubieras estado a mi lado. Como cada vez que relatabas esta experiencia, tenía ganas de abrazarte y decirte cuánto te quiero, pero esta vez era totalmente diferente. Lo único que puedo abrazar es un frío mármol con tu nombre tallado y el periodo de tiempo que estuviste entre nosotros.
Me gustaría enfadarme con la vida por lo que me ha arrebatado, pero no puedo nada más que agradecer que hayas formado parte de mi existencia. Aún así, seguirás formando parte de mí y vendré a compartir estos momentos contigo en el día de los muertos.
Te imagino como una calaverita pintada con colores vistosos, que no para de reír y adornada con flores, haciéndome más llevadera tu ausencia que tanto me duele, pero sé que me estarás esperando en algún lugar para bailar juntos al ritmo de las notas de un mariachi porque esto de la muerte es tan sólo una mentira.
#DíaDeLosMuertos

No hay comentarios:
Publicar un comentario