Este desorden de sentimientos me ayudará a valorar lo que de verdad importa y lo que quiero en mi vida, si no sería un sinsentido todas las veces que he tenido que lidiar con el dolor y la tristeza para poder ser mejor y estar donde hoy estoy.
Mis lágrimas son el símbolo de valor y agradecimiento hacia ti, además limpian mis ojos y mi alma y cicatrizan lo añejo negativo.
¿Podría encontrarle algo positivo a esta despedida? Por supuesto que sí, el reencuentro.
Ahora sólo espero, a partir de este mismo momento, compartir mi dolor. Me escucharé y escucharé, seré positivo y me centraré en lo que es mejor para mí. Abriré mi corazón, como estoy haciendo ahora mismo contigo, y no me adelantaré a un futuro que desconozco porque lo único que conseguiría es perderme este maravilloso presente.
Gracias".
Mi rodilla cruje al levantarme del reclinatorio y me dirijo a la Puerta del Perdón para cruzarla y empezar mi nueva versión.
#HistoriasdelCamino
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